La desgarradora carta de una madre soltera al padre de su hijo. Tan hermosa como llegadora
Sus palabras te harán pensar en todo lo que ese hombre perdió por elección, y en cómo ella encontró las fuerzas necesarias para salir adelante por el bien de su bebé. Hoy admite que quizá fue lo mejor que pudo pasarle, y deja la puerta abierta para que el padre del niño elija lo que quiera ser en su vida. Admite que no es quién para juzgarlo y desea que su hijo vea la verdad con sus propios ojos.
Cuando partiste lo hiciste pensando en que habías decidido lo mejor para ti y para tu vida. A partir del momento en que te fuiste y dejaste de ser parte de nuestra vida, pasé muchas noches llorando y deseando que regresaras. Fue duro para mí no saber por dónde empezar. Miraba a mi pequeño tan indefenso y me preguntaba: ¿Ahora qué hago?
Pero, como en todas las cosas, el tiempo se encargó de secar las lágrimas y de sanar las heridas. Realmente hoy estoy segura de que sí tomaste la mejor decisión, más bien para nosotros que para ti. Entendí que es mejor no compartir con alguien, que jamás entendería lo maravilloso que es tener una familia como la que construimos mi hijo y yo todos los días.
Nosotros nos contenemos, nos cuidamos el uno al otro y compartimos momentos hermosos, lloramos, reímos, construimos este hogar con amor un poco cada día. Este es un privilegio al que tú te has negado. Tú no tienes la menor idea de lo que significa amanecer con un beso y que te digan “te quiero, mamá”. No sabes la emoción que se vive al ver a un hijo alcanzar sus metas y aprender día a día. Creíste que tomabas un nuevo camino en busca de otras perspectivas y proyectos, pero te estás perdiendo la riqueza de vivir las aventuras más increíbles de la mano de tu hijo.
Mentiría si dijera que los temores no me asaltan de vez en cuando, porque de eso se trata vivir. Me pongo siempre en las manos del Dios que nos mira, para que me dé las fuerzas para salir adelante y ser capaz de resolver cualquier situación. Ésta no es tarea fácil, pero es la mejor tarea. La más hermosa historia de amor es la que una madre escribe toda su vida.
No voy a reclamarte nada. Entiendo que tu soledad es el precio que la vida te cobra con creces. Sólo quiero agradecerte, porque de no haberte marchado no hubiera podido vivir esta experiencia, ni hubiese puesto a prueba mi capacidad de salir adelante, de luchar, de reinventarme y de permitirme vivir intensamente con y por mi hijo. Por mi parte puedes despreocuparte, jamás le hablaré mal de ti a mi hijo, pues él no tiene la culpa de los errores de los adultos. Con el tiempo será él mismo quien construya su propia imagen de ti.
Pero de ti depende el concepto que tengas en la vida de mi hijo, y el respeto que te tenga se lo impondrás tú”.
Esta carta está llena de importantes lecciones para las madres solteras o divorciadas, pues nos enseña que el perdón nos hace libres, y que hay grandes maravillas esperándonos si nos atrevemos a dejar de vivir en el pasado.
Sabemos que es difícil, pero el mejor regalo que puedes dar a tus hijos, sea cual sea la circunstancia, es ser una madre feliz, así también ellos podrán serlo. No te victimices, no mientas, no critiques a su padre, pues se sentirán parte del problema. Recuerda que tus hijos tienen una enorme capacidad para entender lo que ocurre, y por su cuenta entenderán la situación poco a poco. Enfócate en tu presente y en tu futuro. No puedes ser madre y padre a la vez, pero sí una gran mamá, con la que no les faltará nada.
Cuando partiste lo hiciste pensando en que habías decidido lo mejor para ti y para tu vida. A partir del momento en que te fuiste y dejaste de ser parte de nuestra vida, pasé muchas noches llorando y deseando que regresaras. Fue duro para mí no saber por dónde empezar. Miraba a mi pequeño tan indefenso y me preguntaba: ¿Ahora qué hago?
Pero, como en todas las cosas, el tiempo se encargó de secar las lágrimas y de sanar las heridas. Realmente hoy estoy segura de que sí tomaste la mejor decisión, más bien para nosotros que para ti. Entendí que es mejor no compartir con alguien, que jamás entendería lo maravilloso que es tener una familia como la que construimos mi hijo y yo todos los días.
Nosotros nos contenemos, nos cuidamos el uno al otro y compartimos momentos hermosos, lloramos, reímos, construimos este hogar con amor un poco cada día. Este es un privilegio al que tú te has negado. Tú no tienes la menor idea de lo que significa amanecer con un beso y que te digan “te quiero, mamá”. No sabes la emoción que se vive al ver a un hijo alcanzar sus metas y aprender día a día. Creíste que tomabas un nuevo camino en busca de otras perspectivas y proyectos, pero te estás perdiendo la riqueza de vivir las aventuras más increíbles de la mano de tu hijo.
Mentiría si dijera que los temores no me asaltan de vez en cuando, porque de eso se trata vivir. Me pongo siempre en las manos del Dios que nos mira, para que me dé las fuerzas para salir adelante y ser capaz de resolver cualquier situación. Ésta no es tarea fácil, pero es la mejor tarea. La más hermosa historia de amor es la que una madre escribe toda su vida.
No voy a reclamarte nada. Entiendo que tu soledad es el precio que la vida te cobra con creces. Sólo quiero agradecerte, porque de no haberte marchado no hubiera podido vivir esta experiencia, ni hubiese puesto a prueba mi capacidad de salir adelante, de luchar, de reinventarme y de permitirme vivir intensamente con y por mi hijo. Por mi parte puedes despreocuparte, jamás le hablaré mal de ti a mi hijo, pues él no tiene la culpa de los errores de los adultos. Con el tiempo será él mismo quien construya su propia imagen de ti.
Pero de ti depende el concepto que tengas en la vida de mi hijo, y el respeto que te tenga se lo impondrás tú”.
Esta carta está llena de importantes lecciones para las madres solteras o divorciadas, pues nos enseña que el perdón nos hace libres, y que hay grandes maravillas esperándonos si nos atrevemos a dejar de vivir en el pasado.
Sabemos que es difícil, pero el mejor regalo que puedes dar a tus hijos, sea cual sea la circunstancia, es ser una madre feliz, así también ellos podrán serlo. No te victimices, no mientas, no critiques a su padre, pues se sentirán parte del problema. Recuerda que tus hijos tienen una enorme capacidad para entender lo que ocurre, y por su cuenta entenderán la situación poco a poco. Enfócate en tu presente y en tu futuro. No puedes ser madre y padre a la vez, pero sí una gran mamá, con la que no les faltará nada.
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